Hace diez años Melilla se engalanaba de rojo y amarillo, los colores de la bandera nacional, para recibir a los Reyes. Las primeras palabras del rey Don Juan Carlos fueron para transmitir “de corazón nuestro más afectuoso saludo a todos y cada uno de los melillenses”, pues recordó que “volvemos hoy a Melilla con una particular emoción y alegría, para realizar nuestra primera visita institucional, como Reyes, a esta muy querida ciudad”. Y es que sus Majestades ya estuvieron en nuestra ciudad cuando aún eran príncipes para el 50 aniversario de La Legión, en 1970.
El Rey ofreció un discurso ante un Salón Dorado lleno de autoridades y representantes de la vida social y cultural de la ciudad.
No obstante, las miles de personas que se acercaron a la Plaza de España para ver a sus Majestades pudieron seguir sus palabras a través de pantallas gigantes que se instalaron frente al Palacio de la Asamblea.
Don Juan Carlos, hoy ya Rey emérito, aseguró que tanto él como la Reina “tenían contraído el compromiso de visitar Melilla. Un compromiso que se unía a un profundo deseo”.
Integración y convivencia
El Rey expresó su “especial satisfacción” de ver cómo “la inconfundible personalidad histórica y la riqueza cultural de esta ciudad se han sabido enriquecer con un armónico espíritu de integración y convivencia”.
El monarca aseguraba hace diez años que “Melilla es una ciudad moderna y que mira al futuro, marcada por el renovado dinamismo que le imprimen sus habitantes, contando con el sólido marco de la democracia y pluralismo que los españoles nos hemos dado”.
Don Juan Carlos explicó que nuestra ciudad “había logrado prosperar y mejorar el bienestar de sus ciudadanos con nuevas infraestructuras, servicios sanitarios, educativos, culturales y sociales”. Añadió que era un reflejo también de los avances que se estaban dando en toda España.
El monarca agradeció a los melillenses el “muy caluroso e inolvidable recibimiento”. “Muchas gracias por vuestra acogida a la que correspondemos con todo nuestro afecto y mayor cercanía”, enfatizó.
Interés por Melilla
El Rey también subrayó que había seguido “con especial interés y en estrecho contacto” con las autoridades locales “los anhelos, dificultades y esperanzas de los melillenses”. Es más, resaltó que las autoridades le habían comunicado “los sentimientos de lealtad y afecto a la Corona”. Algo que ya se reflejó cuando Melilla le otorgó la Medalla de Oro diez años antes. “Desde entonces se han multiplicado vuestras invitaciones para visitar Melilla”, apuntó.
En este sentido, el monarca señaló que no podían dejar pasar más tiempo sin venir a la ciudad y “expresar todo nuestro afecto y apoyo, al igual que lo hemos querido hacer en tantas otras ciudades y lugares de España”. De hecho, el día de antes, el lunes 5 de noviembre de 2007, sus Majestades estuvieron de visita en Ceuta.
Don Juan Carlos finalizó su discurso reiterando su emoción “a esta muy bella y querida ciudad de Melilla” y expresando su “más firme respaldo y permanente aliento de la Corona”.