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La consejería señala que unos 50 corderos fueron sacrificados en el matadero
La Consejería de Presidencia informó ayer de que este año se han vendido alrededor de 2.000 borregos que han traído las ganaderías de la península. El pasado año, El Faro informó de que eran unos 3.000 los ejemplares que se adquirieron, por lo que han descendido en 1.000 corderos las ventas de este año para el Aid El Kebir.
También señaló que han sido unos 50 los borregos sacrificados en el matadero. El pasado año, según los trabajadores de esta instalación, no llegaron a 40, por lo que han contado en esta ocasión con más trabajo.
Por otro lado, la consejería destacó que de cara al año que viene se instalarán más carpas para el sacrificio de los corderos en diferentes zonas públicas de la ciudad. Este año estaban en el matadero, el parque de Las Palmeras, y en las canchas deportivas de la zona norte de La Cañada, del Monte María Cristina y Cabrerizas.
Presidencia y Salud Pública resaltó que apuesta por aumentar el número de estas estructuras que permiten realizar el rito del sacrificio bajo sombra y contando con ganchos para poder separar mejor las diferentes partes del borrego, además de tener camiones con agua a su disposición, como en el caso del Monte María Cristina, para la limpieza de los utensilios.
Sin embargo, no facilitó datos sobre el número de corderos que se han sacrificado en este tipo de carpas o el número de familias que han apostado por ellas.
Un vecino del Monte María Cristina aseguró que para él era mejor contar con estas instalaciones gratuitas. Contrató a un matarife para que realizara el rito y de esa forma, no tenía que ensuciar la casa con la sangre y las vísceras del animal.
A las 10:00 horas de la mañana, había tres borregos a la espera en el campo de fútbol del Monte María Cristina.
Otros melillenses prefieren el matadero porque cuenta con matarife y les entregan el cordero limpio a las pocas horas. Además, son muchos los que prefieren esas instalaciones porque tienen que sacrificar a varios animales y es mucho trabajo en casa.
Pero no sólo se trata de no ensuciar en casa, sino que hay familias que no cuentan con hombres para efectuar el sacrificio y prefieren que sea un profesional quien mate al borrego.