El Faro se puso ayer en contacto hasta en cinco ocasiones con el representante de la ONG Voluntariado Islámico de Acción Social (VIAS), Juan Molina, para confirmar si hoy hay o no concentración para protestar por el veto sanitario a la entrada de borregos en Melilla.
Este periódico también intentó comunicarse con la Asociación Intercultura y tampoco pudo saber si la manifestación sigue en pie.
Sólo desde Los Verdes aseguraron a este diario que creen que no habrá protesta. De haberla, Toni Roderic, su presidente, no podrá asistir esta vez.
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, aclaró ayer, tras rendir honores a la Patrona de Melilla, que la petición de autorización para manifestarse la cursó VIAS en tiempo y forma y que la concentración tiene los permisos.
A estas alturas ni siquiera los medios de comunicación sabemos a qué hora podría desarrollarse la protesta. El motivo es muy simple: nunca se ha dicho.
Para sorpresa de VIAS, el delegado del Gobierno fue el que hizo público que la ONG había tramitado un permiso para organizar una tercera manifestación.
A los miembros de la plataforma en la que se integra VIAS como convocante de la marcha, la “filtración” le sentó como un jarro de agua fría porque quizás el trámite se hizo para presionar y no con la clara intención de salir a la calle.
El ultimátum de Voluntariado Islámico de Acción Social, dando 48 horas al Gobierno local para que reculara en la decisión de prohibir la entrada de borregos marroquíes en Melilla, se quedó en mucho ruido y pocas nueces.
De aquella amenaza sólo ha trascendido, en principio, una sola consecuencia: el envío de un comunicado a todos los grupos políticos del Congreso de los Diputados denunciando la decisión, sin amparo legal, según ellos, de vetar los borregos marroquíes en nuestra ciudad.
El Aid El Kebir está a la vuelta de la esquina y convocar una manifestación a tres días de la mayor celebración de la comunidad musulmana es descabellado.
La gente quiere celebrar su fiesta en paz. Le habría gustado hacerlo con sus ‘sunna’, como siempre, pero este año tendrá que ser con los ‘manolos’.
Ya hay 1.700 familias que han comprado su borrego en Melilla y la consejera de Sanidad, Paz Velázquez, anunció ayer que ha instalado carpas para que los melillenses que lo deseen puedan sacrificar ellos mismos sus borregos en el matadero municipal.
Para el año que viene, la Ciudad se plantea montar las carpas en los barrios de Melilla donde la población musulmana es mayoritaria. Ahora toca pensar en la fiesta.