Cuatro de cada diez mujeres que presentaron alguna denuncia por malos tratos durante el año pasado en Melilla son jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y los 30 años. Así lo afirmó en conversación con El Faro la jefa de la Unidad de Coordinación contra la Violencia de Género de la Delegación del Gobierno, María Teresa Fernández.
Todo lo relacionado con las agresiones machistas es motivo de alerta, pero más preocupante es que esas conductas empiecen a desarrollarse en hombres jóvenes, e incluso adolescentes.
En plena era de Internet, una de las formas más comunes de ejercer violencia contra las mujeres es a través de todo lo que tenga que ver con tecnología digital. Dicho más claro: los potenciales agresores empiezan por controlar lo que sus parejas hacen con sus teléfonos móviles, ya sean llamadas, mensajes o publicaciones en las redes sociales. Esa actitud, según los expertos del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, puede suponer la antesala de las agresiones físicas a la víctima por parte de ese hombre o joven obsesionado por controlar todos y cada uno de sus movimientos.
De esta forma, el ministerio ha lanzado una campaña informativa titulada ‘Diez formas de violencia digital’, que muestran situaciones que deben ser denunciadas nada más ser detectadas.
Un caso de esas conductas es espiar el móvil de la mujer. Desde ahí, cabe el riesgo de que el potencial maltratador censure imágenes que su pareja publica de ella misma en redes sociales, o incluso reprocharle que ella haga comentarios positivos sobre mensajes o imágenes de otros chicos.
La campaña cita otros ejemplos similares de violencia digital. Por ello, es fundamental destacar que esas conductas no son normales, y que tanto los potenciales agresores como las potenciales víctimas han de ser conscientes de ello. La mejor forma de combatir la violencia de género es evitando que llegue a surgir.