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El acusado podría ser condenado a trabajos en beneficio de la comunidad si se prueba su culpa
“Te voy a hacer la vida imposible, te voy a devolver a Marruecos”. El supuesto autor de estas palabras ha sido denunciado por su exmujer por un delito de amenazas. En el juicio, celebrado esta semana en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, el Ministerio Fiscal solicitó que se le imponga al acusado una pena de 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad.
De acuerdo con la denunciante, las amenazas fueron reiteradas mientras duró el matrimonio y una vez roto éste. Sin embargo, los hechos enjuiciados corresponden sólo a una discusión que supuestamente tuvo lugar el pasado 10 de febrero.
El inculpado, cuyas iniciales son A. E., fue el primero en prestar declaración ante la magistrada titular del Penal 2. El individuo negó haber amenazado a su expareja en la fecha citada.
Según sus respuestas a la fiscal, aquel día, ella acudió al que había sido el hogar de ambos para “recoger algunas cosas”. El denunciado afirmó que ella le “cogió el móvil” sin su permiso y que, tras ello, fue a denunciarla a la Policía.
Abogado defensor
A preguntas del letrado de la defensa, A. E. aseguró que, la mujer, una vez avisada de esa denuncia, le dijo: “Ahora te voy a denunciar yo a ti”.
Tras este testimonio, entró en la sala la denunciante, de iniciales Z. T., quien subrayó que, tras el divorcio, él no la dejaba en paz. “Me seguía todos los días y me llamaba cien mil veces”, aseveró. Añadió que tiene mensajes de whatsapp en los que él la amenazaba con hacerle “la vida imposible” y mandarla “a Marruecos”. Sin embargo, no llegó a presentar esos mensajes como prueba, según subrayó el abogado de la defensa.
La supuesta víctima, que trabaja como camarera en una cafetería, declaró que su exmarido la insultó una vez “por hablar con un cliente”. Agregó que durante la convivencia con A. E. fue víctima de “maltrato psicológico y físico. Siempre teníamos discusiones”.
Miedo a daño físico
“¿Tiene miedo a que le haga algún mal físico?”, le preguntó la abogada que ejerció la acusación particular. “Sí. Sé que es capaz de cualquier cosa”, replicó.
La fiscal considera probadas las amenazas, pero no reclama pena de cárcel, sino que se le impongan al acusado trabajos en beneficio de la comunidad. La defensa, en cambio, considera que no hay pruebas, pues sólo se cuenta con el testimonio de la denunciante.