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Durante la lectura del programa, Otmani habló de asunto de orden público en Melilla y Ceuta
El presidente del nuevo gobierno marroquí, Saadedín Otmani, leyó ayer ante el plenario de las dos cámaras parlamentarias el programa de gobierno para los próximos cinco años, con un marcado tono técnico y casi átono en lo político. Entre otras cosas, el nuevo jefe del Ejecutivo del país vecino se refirió, por primera vez en un programa gubernamental, al asunto de los menores marroquíes no acompañados en Melilla y Ceuta, que se está convirtiendo en un problema de orden público.
Otmani fue más allá e indicó que no sólo está se está generando complicaciones en las ciudades autónomas, sino también en París y hasta en Estocolomo. Para estos chicos, el presidente prometió “protección y asistencia porque son una categoría vulnerable y pueden sufrir todo tipo de explotación, de la sexual a la religiosa”.
El gobierno está formado por una coalición de seis partidos entre los que el Partido Justicia y Desarrollo (PJD) de Otmani, ganador de las elecciones, ha quedado diluido entre formaciones de corte derechista, liberal y socialdemócrata, que se han repartido los 38 puestos ministeriales.
Otmani leyó durante más de una hora un programa muy continuista con respecto al anterior gobierno, presidido por su correligionario Abdelilah Benkirán, secretario general del PJD y que en los últimos comicios fue cabeza de cartel electoral del partido, pero fue apartado por el rey Mohamed VI tras pasar cinco meses sin conseguir formar gobierno.