Las formaciones Coalición por Melilla (CPM) y Caballas, de Melilla y Ceuta respectivamente, presentarán la semana que viene sus enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017 contra los "desequilibrios" en materia de empleo, pobreza y educación.
En rueda de prensa, el presidente de CPM y líder de la oposición en Melilla, Mustafa Aberchán, ha anunciado este paso, que darán a través de Compromís al no tener ambas formaciones representación en el Congreso de los Diputados, después de haber firmado un documento conjunto e interpelaciones en las asambleas de Melilla y Ceuta.
El siguiente paso que CPM y Caballas tienen previsto tras las enmiendas es iniciar una serie de movilizaciones, tanto en Melilla como en Ceuta como en Madrid ante el Congreso de los Diputados y el Senado, para exigir que se corrija lo que consideran una "deuda histórica" del Estado con ambas ciudades autónomas.
Tres días después de haber planteado su interpelación sobre este asunto en el Pleno de Control al Gobierno, Aberchán ha criticado la postura del presidente melillense, Juan José Imbroda, al rechazar esta reivindicación para que la ciudad autónoma "no parezca como muertos de hambre" ante Madrid.
"Quiere usar la vieja metodología de los que no practican la democracia de ocultar las vergüenzas cuando venía algún personaje del Gobierno. Pues nosotros estamos en la parte opuesta", ha dejado claro Aberchán para anunciar que su partido quiere "mostrar las vergüenzas para que los ciudadanos se sientan más unidos y vivan mejor".
El líder de la oposición ha rechazado la postura de Imbroda, máxime cuando considera que esta propuesta de reclamar 200 millones de euros para Ceuta y Melilla en esta legislatura es muy similar a la reivindicación de Imbroda de que Melilla reciba 25 millones de euros anuales.
Por otra parte, Aberchán, ha calificado hoy como "rancio" el discurso que ayer ofreció Juan José Imbroda en su reelección como presidente del PP, y ha criticado que tras 17 años como presidente del PP siga "hablando de lo mismo", cuando la división no la hacen las palabras, sino la gestión del dinero público.