El Faro publicó en su edición de ayer de un suceso ocurrido el martes en el Parque Hernández. La Consejería de Seguridad Ciudadana informó a este diario que en esa fecha una mejor fue mordida por un perro en esa zona verde de la ciudad.
Tras avisar un guardia de seguridad de lo ocurrido a la Policía Local, uno de los agentes que se desplazaron al lugar de los hechos fue también atacado por el animal, aunque sólo sufrió una herida leve en la mano. El perro fue atrapado por un lacero y actualmente está siendo analizado en dependencias de la Dirección General de Sanidad y Consumo.
Fuentes consultadas por este periódico indicaron que hay “síntomas” de que el can pueda padecer la rabia, aunque aclararon que los análisis definitivos no podrán conocerse hasta la próxima semana. Sin embargo, ante la posibilidad de que el can padezca esa enfermedad, la Ciudad está tomando las precauciones necesarias en estos casos.
El primer objetivo es encontrar a la víctima de este ataque. En su número de ayer, El Faro informó, citando fuentes de Seguridad Ciudadana, de que la menor había abandonado el parque antes de que llegara la Policía Local. Así, se desconoce si tras ser mordida por el perro recibió la atención sanitaria correspondiente.
Aunque todavía no hay pruebas definitivas de que el animal tenga la rabia, toda precaución es poca. Por ello, la Consejería de Presidencia y Salud Pública emitió ayer un comunicado en el que hace un llamamiento a cualquier persona que haya sido “mordida” o haya tenido “contacto salival” con el perro durante el día 26 o los anteriores para que se persone en las dependencias de la Dirección General de Sanidad y Consumo (ubicadas en la Carretera Alfonso XIII, 52-54) o de aviso a la Policía Local “a la mayor brevedad posible”.
La Ciudad también advierte a los melillenses que, en caso de observar animales vagabundos o aparentemente enfermos en la vía pública, eviten todo contacto con ellos y contacten con la Policía Local para que se proceda a su retirada de forma segura.
Este llamamiento es acertado, puesto que, en caso de que cualquier persona haya sido atacada por un perro del que se sospeche que tenga rabia, es primordial vacunarse cuanto antes. No hay que dar la voz de alarma, pero sí recordar a los ciudadanos que tenemos responsabilidades y la mencionada es una de ellas.