Una de las imágenes que nos dejó el terremoto que estremeció la ciudad el pasado 25 de enero fue la de los torreones del Palacio de la Asamblea visiblemente agrietados por las consecuencias del temblor.
La magnitud del seísmo causó graves daños en multitud de inmuebles de Melilla, pero quizá las de este edificio sean las más simbólicas, por su ubicación en un lugar tan concurrido de la ciudad y por la importancia de las instituciones que aloja.
El palacio sufrió desperfectos de gran consideración, que hicieron necesario apuntalar parte de su armazón. Así, el pasado marzo se instalaron estructuras metálicas que garantizaban la seguridad y que no se produjeran nuevos desprendimientos en el edificio.
Ayer, el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, anunció que las obras de rehabilitación de los torreones han concludo. Según explicó, estos dos elementos que rematan la fachada de la Asamblea han sido reforzados para que, en el caso de que se produjera un nuevo temblor de tierra de esa magnitud, el edificio pueda hacer frente al mismo.
El coste de estas obras ha superado los 131.000 euros, una inversión que ha merecido mucho la pena, más teniendo en cuenta que en su día se llegó a temer que uno de los dos torreones tuviera que ser demolido ante la gravedad de los daños que lo afectaban.
El consejero destacó la celeridad y el resultado positivo de las medidas adoptadas. En los gastos de las obras, 58.000 euros fueron destinados al montaje de la estructura de hormigón, cantidad que fue aportada por el Estado a través de las partidas de emergencia que fueron enviadas a la Ciudad. El Gobierno central también participó en la financiación del alquiler de los andamios y el desmontaje, poniendo el 50% del coste.
La consolidación de los dos torreones ha sido posible gracias a la instalación en su interior de una estructura de acero, así como vigas. Ahora, sin duda, este edificio está mucho más preparado ante lo que la naturaleza le pueda deparar, y los melillenses podemos así estar más tranquilos.