Algunos vecinos de Tiro Nacional critican a los causantes de los altercados. Otros, en cambio, afirman que el “paro” los empuja a provocar desorden.
“Son unos niñatos. Queman contenedores, cortan la luz, cierran los accesos al barrio...”. Quien pronuncia estas palabras es Abdelkarim, un vecino de Tiro Nacional. Aunque comprende que los disturbios causados por jóvenes en el barrio las noches del domingo y el lunes se deben a que protestan por el desempleo, no puede estar de acuerdo con esa forma de expresar el descontento.
Él mismo está sin trabajo y tiene esposa y tres hijos que mantener. “Los que protestan son chavales de 16, 17 o 18 años”, indica.
“Ayer (la noche del lunes) tuve que llevar a mi hija a Urgencias porque tenía vómitos. Al volver, la Policía no nos dejaba entrar porque estos la estaban liando. Tuvimos que bajar por la pista de la carretera, hasta el muro, para poder llegar a casa”.
“No se veía nada a un metro”
“En la calle no se veía nada a un metro”, continúa Abdelkarim, quien no tuvo fácil llegar a su portal. Los alborotadores, al igual que en la noche del domingo, habían cortado el tendido eléctrico en la vía pública.
En la calle Enrique Nieto, paralela a la de Tiro Nacional, un grupo de vecinos de mediana edad se sienta ante una tienda de alimentación. Piensan lo mismo que Abdelkarim. Uno de ellos, que prefiere ocultar su nombre, va directo al grano: “¿De verdad quieren que les den un trabajo poniéndose a quemar contenedores y neumáticos?”.
“Dicen que en La Cañada y otros barrios, si la lían, luego les dan empleo, pero eso es mentira”, continúa este vecino. “No puedes pensar en que vas a encontrar un trabajo causando disturbios”, sentencia.
Es mediodía y en el barrio también se ven grupos de jóvenes, algunos veinteañeros, otros menores, que están en total desacuerdo con el anterior vecino.
Disturbios para tener trabajo
Uno de estos chicos, que también quiere mantener oculta su identidad, lo ve claro: “En La Cañada la lían y les dan trabajo en los Planes de Empleo. ¿Por qué? Porque tienen una asociación de vecinos con un presidente que los defiende. Y aquí no lo tenemos”.
En esto último dice la verdad. La asociación de Tiro Nacional permanece cerrada, algo que llevan denunciando los lugareños desde hace años, como ya ha publicado El Faro en otros reportajes. La ausencia de una entidad que defienda sus intereses es algo que molesta tanto a los que critican los altercados como a aquellos que los ‘comprenden’. De hecho, todos coinciden en que los disturbios no se habrían producido de estar funcionando la asociación de vecinos.
“Yo no he cotizado nunca”, continúa este joven veinteañero. “No nos dejan entrar en cursos de formación. En el Tiro nos tienen abandonados”, señala.
“En este barrio no hay ni siquiera un parque para los niños”, añade. “¿Y dónde pones a jugar a los pequeños? Al final crecen viendo a otros ahí enfrente fumando hachís”, lamenta.
“De fuera del barrio”
“La mayoría de los que queman contenedores no son del barrio”, asegura este joven. “Vienen de Cabrerizas, de La Cañada... Del Tiro no son ni cuatro, pero quedan con los demás aquí”, sostiene.
Este chico y otros amigos, todos desempleados, dicen que pretenden organizar una protesta pacífica. “Queremos poner pancartas grandes pidiendo trabajo”, manifiestan. Sin embargo, no están muy convencidos: “Si la Policía nos ve colgando pancartas, son capaces de detenernos”.