La patrullera de la Marina soltó el ancla ayer en el puerto de la ciudad, donde quedará hasta mañana. Aunque ahora efectúa tareas de vigilancia de las aguas marítimas españolas, antes fue una corbeta y participó en el embargo al régimen de Sadam Husein cuando la Guerra del Golfo.
La patrullera ‘Cazadora’ atracó ayer en el puerto de Melilla. La visita, según indicó un teniente de este buque a El Faro, se debe a una forma de “hacer presencia”. Esto significa que en todos los puertos españoles de importancia ha de echar el ancla de cuando en cuando algún barco de la Armada.
Por la mañana, el barco recibió la visita de la vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Rivas, así como del comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, entre otras autoridades.
La ‘Cazadora’ tiene su historia. Botada en 1981 en los astilleros de Ferrol, actualmente se dedica a tareas de patrulla de nuestras costas, principalmente en el Mediterráneo. Sin embargo, originariamente fue una corbeta y participó en importantes misiones internacionales.
En 1990, en los meses anteriores a la Guerra del Golfo, operó en las tareas de vigilancia del mar Rojo, ruta que muchos buques tomaban para dirigirse a Irak. Entonces, los países occidentales habían aplicado un embargo al régimen de Sadam Husein después de que el ejército iraquí invadiese Kuwait, y la ‘Cazadora’ era una de las naves que velaba por el cumplimiento de ese embargo.
“Ahora este buque tiene mucho menos armamento”, explica a El Faro un marinero mientras muestra el puente de mando a los grupos de visitas guiadas que acudieron ayer por la tarde.
La ‘Cazadora’ actualmente se limita a la vigilancia de las costas y a asaltar embarcaciones de contrabandistas. El barco permanecerá en Melilla hasta mañana, cuando retomará sus funciones