La UD Melilla sigue aferrándose a la permanencia tras vencer a la Balona con un gol de Nacho Aznar en un choque que tuvo un tiempo para cada equipo
El sufrido triunfo ante la Balona sirve para que el equipo azulino tome un auténtico balón de oxígeno y siga vivo en la competición. En la situación en la que se encuentra la UD Melilla no cabe otra cosa que sumar de tres en tres como sea. El partido de ayer no fue vistoso en cuanto a juego, pero sí resultó intenso y emocionante hasta el final. Los azulinos doblegaron a un buen rival a base de entrega y compromiso. Pero, sobre todo, como reconocía Manolo Ruiz al término del choque, porque los jugadores azulinos pusieron un punto más de intensidad que los suyos en todas las acciones. El Melilla se asoma al final del túnel y guarda todavía en la recámara el partido ante el Linares. El poco margen de error que tiene, si es que lo tiene, hace que afronte cada partido como si de una final se tratara. No va a ser fácil. Toca sufrir. No es ninguna novedad. El equipo está acostumbrado a ello y eso, al final, puede ser su tabla de salvación a la hora de afrontar el tramo final del campeonato. Repartido el juego El partido tuvo un tiempo para cada equipo. Tras unos minutos iniciales sin un dominador claro, fue el conjunto unionista el que tomaba la iniciativa en el juego. Siempre más con el corazón que con la cabeza, de ahí la poca fluidez a la hora de la circulación del balón, pero la sensación que transmitían los de Carlos Granero era la de pelear cada pelota como si fuera la última. Y eso fue lo que ocurrió. Los azulinos ganaron casi todas las segundas jugadas y de ahí que la Balona no tuviera siquiera la oportunidad de dispara una sola vez a puerta en toda la primera mitad. No es que los unionistas se prodigaran a la hora de disparar sobre la portería defendida por Lolo Soler. De hecho, el primer tiro entre los tres palos del portal andaluz acabó con el cuero en el fondo de la red. Más presencia local A pesar de que la Unión Deportiva tuvo más presencia en terreno contrario, las ocasiones brillaron por su ausencia. El poco peligro que hubo llegó en acciones a balón parado. Al filo de cumplirse el primer cuarto de hora del partido, Sufian estuvo a punto de conseguir un gol “olímpico” desde el banderín de córner. La pelota, golpeada a pie cambiado, se perdió rozando el segundo palo sin encontrar rematador. Poco después, justo en el ecuador del primer acto, Sufian, ahora desde el lado contrario, ejecutó otro saque de esquina que David Cubillas cabeceó alto. Entre medias, Richi, que completó un auténtico partidazo, botó un libre directo desde unos 25 metros que Lolo Soler atajó sin ningún problema. Con el paso de los minutos el dominio de los locales fue 'in crescendo'. Así, a falta de dos minutos para el descanso llegaba la jugada en la que los norteafricanos el gol que a la postre sería el del triunfo. Pepe, que había seguido una jugada hasta acabar en la banda contraria, recibía un pase de Sergio Díaz. El lateral derecho, ahora en la izquierda, se marchaba en velocidad hasta adentrarse en el área y dibujaba una asistencia que aprovechaba Nacho Aznar para batir con tranquilidad pasmosa a Lolo Soler y de paso romper la igualada que figuraba en el electrónico. La decoración cambió por completo tras el paso por los vestuarios. Manolo Ruiz se vio obligado a sustituir al meta Lolo Soler, quien quedó tocado en la jugada del gol. El técnico jerezano dio también entrada al goleador Espinar en sustitución de un desaparecido José Ramón. A pesar de ello, serían los azulinos los que gozarían de una oportunidad para ampliar distancias. Nacho Aznar asistía a Sergio Díaz y el lateral zurdo, que volvía al once titular tras varias jornadas fuera de él, centraba al primer palo donde aparecía David Cubillas para conectar un testarazo que se perdía rozando el palo contrario. La réplica llegaba casi a renglón seguido por mediación de Ximo Forner, pero el disparo del centrocampista castellonense se perdía a poca distancia del larguero. Las fuerzas todavía aguantaban. El Melilla, que llegaba a trompicones al área gaditana, dispondría de alguna ocasión clara como para no llegar con el culo prieto al tramo final del partido. Los locales reclamaron un penalti por derribo de Cubillas en el área tras un saque de esquina botado por Sufian; y cinco minutos después era Nacho Aznar el que pecaba de generosidad y asistía a Cubillas dentro del área, pero el disparo del ariete unionista se marchaba fuera a pesar de contar con todo a su favor. La última media hora de partido fue de absoluto dominio de la Balona. Los del Campo de Gibraltar tocaron arrebato y adelantaron líneas en busca de una igualada que no llegaría a pesar de que dispondrían de dos claras ocasiones para batir a Dani Barrio. La serie la iniciaba Gabriel con un disparo que se marchaba alto. Stoichkov, dentro del área y a la media vuelta, disparaba flojo a las manos del meta azulino. Tan solo un minuto después, en el 78, a Espinar, totalmente solo ante Dani Barrio se le hacía pequeña la portería y decidía pasar sobre Stoichkov, quien a portería vacía disparaba fuera. La Balona perdonaba el empate al desperdiciar la ocasión más clara del encuentro, aunque no la última. Canario, a ocho minutos del final, conectaba un disparo desde la corona del área que se estrellaba en la parte superior del travesaño. A partir de ahí, el Melilla supo manejar el partido empujado por una afición que estuvo más que nunca con su equipo para sumar tres puntos vitales para la permanencia. Los melillenses cuentan con un partido menos que el resto de sus rivales directos y se encuentran a dos puntos de salir de las plazas de descenso directo en el grupo IV de la Segunda División B.