Un joven ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla a dos años de prisión por un delito contra la salud pública. El acusado, cuyas iniciales son B. R., reconoció haber ingerido 135 bellotas de hachís, que sumaban 800 gramos, para intentar colarlas por la frontera de Beni Enzar. Los hechos sucedieron el 27 de noviembre de 2013.
El inculpado procede de Alcobendas (Madrid) y ya había sido condenado anteriormente por otro delito de tráfico de drogas en la península.
La abogada de B. R. alcanzó una conformidad con la fiscal, gracias a la cual la pena que se le ha aplicado ha sido inferior a la que podría haberle sido impuesta de no haber reconocido su culpabilidad en los hechos.
“Tiene diez días para ingresar en prisión”, informó la juez a B. R. “¿En Soto del Real?”, le respondió el condenado. “La que a usted le venga mejor”, le replicó la magistrada.
La juez explicó posteriormente a El Faro que en ciertos casos se permite al condenado el cumplimiento de la pena en una prisión cercana a su domicilio, siempre y cuando informe al juzgado de cuál será ese centro penitenciario.