La denunciada llevaba 40 pastillas encima y afirma que eran para su tratamiento médico.
En uno de los juicios celebrados en el Juzgado de lo Penal número 2 esta semana, la fiscal solicitó una pena de un año y nueve meses de prisión para una joven a la que acusa de un delito contra la salud pública. La conducta delictiva supuestamente cometida es el tráfico de pastillas de tranquimazín.
Los hechos sucedieron el 10 de octubre de 2014. Según declaró la acusada, cuyas iniciales son A. M., en esa fecha regresó de Marruecos, donde vive el padre de su hijo.
En aquella etapa, de acuerdo con su testimonio, se encontraba bajo tratamiento por “crisis de ansiedad”, situaciones que vivía “cada dos por tres”, según declaró a preguntas de la fiscal. De esta forma, acudió al país vecino para pasar unos días e intentar relajarse.
Al retornar a Melilla, fue recogida en coche en la frontera por su amiga M. M. y el novio de ésta, A. A., quien conducía el vehículo.
Dos agentes de la Policía Nacional, que prestaron declaración como testigos, afirmaron que el automóvil en el que se encontraba la acusada y la pareja estaba parado, “sin luces” y sólo con los intermitentes puestos, en la calle Mallorca, junto a la carretera de Alfonso XIII.
“Algo plateado”
Aunque era de noche, los policías aseguraron que al situar su coche patrulla junto al vehículo detenido vieron que la acusada pasaba al novio de su amiga “algo plateado”. Además, aseveraron que, al percatarse de su presencia, la denunciada “se agachó” y guardó algo “bajo el asiento”.
Al intervenir los agentes, cachearon a la chica, que ocultaba “un blíster “ de 10 pastillas de tranquimazín. Aparte, dentro del coche descubrieron una bolsa con 30 pastillas más, así como dinero fraccionado (un billete de 10 y otro de 20).
La acusada afirmó que llevaba 40 pastillas de tranquimazín encima porque pensaba pasar largo tiempo en Marruecos y eran para su tratamiento personal. Sin embargo, un imprevisto la hizo volver a Melilla antes de tiempo.
Uno de los agentes afirmó que 40 pastillas le parecían “muchas para un tratamiento”, tesis que asume la fiscal en su escrito de acusación y en la que basa su petición de prisión para la acusada.
A. A. afirmó que la acusada y él se encontraban fuera del coche, despidiéndose, en el momento cuando llegaron los policías. Sin embargo, su novia, M. M., declaró que los agentes les habían ordenado salir del vehículo, testimonio contradictorio que según la fiscal tira por tierra la versión de la acusada.