El escrito de acusación incluye cuatro delitos, pero sólo se han instruido dos de ellos.
El Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla suspendió ayer un juicio por cuatro delitos (contra la salud pública, contra los derechos de los trabajadores, desobediencia y amenazas) y lo devolvió al juez instructor. El motivo: que los acusados no habían prestado declaración por desobediencia ni por amenazas.
La suspensión se debió a una cuestión previa formulada por el abogado defensor, quien afirmó que en la fase de instrucción “nadie ha declarado haber sufrido amenazas”. Asimismo, añadió que ninguno de los imputados ha declarado por haber proferido esas amenazas.
El Ministerio Fiscal apoyó las tesis de la defensa y la juez declaró procedente la suspensión de la vista. Así, señaló que se comunicaría su decisión al Juzgado de Instrucción número 5 para que lleve a cabo las actuaciones pertinentes.