Tras la inspección realizada el lunes para evaluar los daños, ayer dieron comienzo los trabajos para acometer las reparaciones más urgentes en el Palacio de la Asamblea, uno de los edificios que resultó más dañado a consecuencia del terremoto.
El inmueble continúa cerrado, pero los funcionarios de la Ciudad pudieron acceder por grupos para recoger diverso material con el que seguir trabajando en las depedencias donde han sido reubicados. Los medios de comunicación también pudieron entrar para dejar constancia de los daños en el Palacio, que es símbolo de la tendencia art decò en la ciudad y del estilo modernista que hace que la arquitectura urbanística de Melilla sea una referencia mundial.
El seísmo dejó daños en el despacho de Presidencia, en una de las escaleras y en el salón de Plenos. Además de en los torreones, uno de los cuales corre peligro de tener que ser demolido.
La visita se limitó a la zona de Presidencia, ubicada en la primera planta. Los medios no pudieron acceder a la segunda, dado el estado en que se encuentra, ni a la azotea. Nada más entrar por el acceso de los funcionarios, se observa que el paso hasta el ascensor está cerrado.
Tras subir las escalinatas, se llega al Salón de Plenos, donde se encuentra una de las estampas más llamativas: la pared de la que cuelga el retrato del rey Felipe VI está visiblemente dañada, con grietas en torno al lienzo. En ese lugar existía antes el vano de una puerta, que luego se tapió, de ahí que el tabique resultante haya ofrecido menos resistencia al seísmo que las paredes adyacentes. Uno de los sillones presidenciales está volcado hacia delante y se apoya sobre la mesa, signo del vaivén que sufrió. Ese punto de la estancia parecía una escena del crimen: todo estaba tal cual lo dejó el terremoto. Restos del revestimento de la pared ensucian el suelo, la mesa, los sillones; el cuadro del rey sigue ladeado.
Había operarios apuntalando una de las escaleras, que presenta numerosas grietas a lo largo de todos sus tramos y a la que no estaba permitida acceder. Otros trabajadores se ocupaban de una de las fachadas interiores del Palacio, recorrida por una enorme grieta horizontal.
No se permitió el acceso al despacho del presidente Imbroda, pero al parecer es una de las dependencias más afectadas. En el baño de esa zona se desprendieron los azulejos.
El ala norte es la más dañada, aunque el torreón que puede ser incluso demolido, por el estado en que ha quedado, es el que se encuentran en el ala sur.
Las cámaras de seguridad graban los efectos del seísmo sobre el mobiliario
El portavoz del Gobierno de la Ciudad, Daniel Conesa, tuvo ayer la oportunidad de observar varios vídeos grabados por las cámaras de seguridad del Palacio de la Asamblea durante el seísmo. En el primero de ellos aparece uno de los pasillos del inmueble, en concreto el de acceso a Presidencia. Transcurridos unos segundos, y ya justo con las 5:22 horas marcadas en el reloj del vídeo, una planta comienza a moverse; a continuación lo hace el cortinaje, y luego, con la llegada del temblor en su máxima intensidad, se mueven violentamente cuadros, vitrinas y mesitas con esculturas que, sin embargo, no llegan a caerse ni sufrir mayores desperfectos. En el segundo vídeo se muestra un despacho desde una cámara instalada en una esquina en el techo. Se enfocan unas mesas con sus utensilios de trabajo: ordenadores, archivadores, monitores, teclados, etc. Cuando sucede el terremoto, todos los objetos comienzan a brincar o desplazarse y la pantalla se llena de una lluvia de pequeños cascotes o trozos de yeso que dificulta la visión. Las imágenes resultan tan impactantes que el propio Conesa, mientras las contempla, no duda en reflexionar que deberían ser enviadas a los medios de comunicación y conservadas para la posteridad.