Los taxistas que operan con vehículos adaptados en Melilla están a la espera de conocer la cuantía final de la subvención pública para decidir si continúan o no prestando sus servicios.
La cantidad quedará fijada en los presupuestos para 2016, así que, mientras éstos no se den a conocer, no tomarán ninguna decisión al respecto.
No obstante, y aunque no se les ha comunicado de manera oficial, la cifra oscilaría en torno a los 12.500-14.000 euros, algo inferior a lo solicitado por los interesados pero superior a los 2.500 euros iniciales recogidos en el Boletín Oficial de Melilla a principios del mes de octubre. Lo que ellos piden es el 50% del precio del vehículo, valorado en unos 30.000 euros.Por la labor
El portavoz de los cuatro taxistas que tienen licencia de Eurotaxi en Melilla, Aaron Cohen, explicó a El Faro que el Gobierno local “parece que está por la labor” de atender sus demandas” y que los responsables políticos “han cambiado de actitud”.
Una actitud que, hace unas semanas, era la de concederles una subvención de 2.500 euros, insuficiente, según Cohen, para afrontar la renovación de los vehículos, que es la prioridad de estos profesionales.
Pero tras ser publicado en El Faro que el servicio de taxis corría peligro de desaparecer si no recibía más ayudas públicas, los taxistas fueron convocados a una reunión con el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, que les explicó el motivo de la negativa inicial a concederles una cantidad mayor por cuestiones presupuestarias, como así se les había informado. “Nos dijo que no nos habían entendido bien, pero luego habló con el presidente y dio su visto bueno a aumentar las ayudas”, explicó Cohen.
Lo que ocurre es que no se les ha confirmado la cuantía. Vendrá recogida en los presupuestos de 2016, que aún no han sido aprobados por el Ejecutivo local.
“Pero igual bajan el porcentaje que les hemos pedido. El consejero nos habló de unos 12.500 euros, que es menos de la mitad de lo que vale el coche. No tenemos garantías de que vaya a aceptarlo”.Rentabilidad
Cohen insistió en que el servicio que ofrecen no les produce demasiados beneficios. “¿Qué atendemos, dos servicios diarios? No es muy rentable empresarialmente”, subrayó. No obstante, quiso destacar que la actitud del consejero en la reunión que habían mantenido era “buena”.
En su día, Aaaron Cohen aseguró que si el conflicto no tenía solución acorde con sus intereses, desembocaría “en la retirada paulatina de los vehículos adaptados y Melila se quedará sin el servicio”.
La cuestión es que los 2.5000 euros no cubren la renovación del coche. “Los conceden para que no tengamos desventaja a la hora de las reparaciones respecto a otros vehículos”. Sin embargo, los taxis adaptados, modelo Fiat Ulysse, tienen un inconveniente. “Nos cuesta más encontrar las piezas que con un Mercedes y por ello los cambios no son sencillos. Igual una avería puede suponer tener el coche parado diez días. Esto es una empresa y no podemos estar parados”, indicó Cohen.
Ultimátum
Este es el motivo por el que se considera, junto a sus tres compañeros , “muy perjudicado” frente al resto de 60 profesionales del sector que operan en Melilla. En su caso concreto, su vehículo es el que más kilómetros lleva recorridos (más de 350.000) desde el año 2006. De ahí que en octubre realizara prácticamente un ultimátum: “Solicitaremos la suvención que se ha publicado, pero puedo asegurar que será la última que cobre. No pienso renovar mi vehículo y mis compañeros tiene la misma idea que yo”, declaró entonces.
Ahora, con el propósito anunciado por Bienestar Social de aumentar la subvención, están a la espera de conocer la cuantía exacta de la misma para tomar una decisión y obrar en consecuencia.