Familias del centro se concentraron en la Plaza de España para denunciar esta situación l Lamentan esperas de más de cuatro meses en sus resultados.
Alrededor de 30 sirios residentes en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) se concentraron ayer en la Plaza de España. Al grito de “salida” protestaban por el largo periodo de tiempo que dicen que llevan esperando para obtener los resultados de las pruebas de ADN, que acreditaría el parentesco de muchos padres e hijos que llegaron a la ciudad sin documentación o con unos certificados que no son válidos. En concreto, aseguran que llevan más de cuatro meses esperando por los resultados de una prueba que, como mucho, en 40 días, debería estar hecha. Se trata de personas que, según afirman, cuentan con el estatus de refugiado. El hecho de que quede genéticamente probado que los progenitores y los hijos lo son realmente es imprescindible para que estos refugiados puedan salir de Melilla para viajar a la península. Un improvisado portavoz de este grupo, Ibrahim, aseguró a El Faro de Melilla que tanto su familia como otras que se concentraron ayer, llevan más de seis meses residiendo en el CETI y más de cuatro esperando a que se compruebe científicamente el parentesco que les une. Otra de las cosas que lamentan este grupo de sirios, según explicó Ibrahim, es que nadie les da explicaciones de nada. Lamentan que cuando preguntan por sus pruebas en el CETI les manden a comisaría, mientras que de allí les vuelven a remitir al centro de inmigrantes. Así pues, estos sirios dicen que no hay comunicación con los laboratorios de Madrid, que aseguran que son los encargados de llevar a cabo estas comprobaciones, imprescindibles para poder salir de CETI y de la ciudad. Otra de las reivindicaciones de este grupo de familias sirias es que han visto cómo otras personas que han llegado al centro después de ellos han obtenido los resultados antes, con su consecuente salida del centro. Europa El anhelo de estos residentes en el centro de inmigrantes es, por tanto, salir de la ciudad. Su meta final es llegar a algún país Europeo, como Alemania, donde algunos tienen ya familias haciendo una vida prácticamente normal con la condición de refugiados. Así lo explicó a los medios una pequeña de nueve años, que dice que vive en el CETI con su madre y que quiere ir a Alemania a ver a su padre, que reside allí. Ellas también están a la espera de los resultados de una prueba que dicen que se hicieron hace ya cuatro meses. Los resultados de las pruebas de ADN son, por tanto, el primer objetivo de estas familias, que a medida que pasan los días dicen desesperarse más mientras los esperan.
De Siria a Melilla, pasando por Argelia y Marruecos
Las familias que ayer protestaron en la Plaza de España tienen un objetivo: Llegar a países europeos como Alemania. Por tanto, pretenden que Melilla sea sólo una ciudad de paso, un nexo entre sus estados de origen y sus destinos. Según explicó a El Faro de Melilla Ibrahim, padre de una de las familias, la mayoría de estos residentes en el CETI salió de su país natal hace alrededor de dos años. En su travesía han pasado por Argelia, donde aseguran que nacieron algunos de los hijos y donde dicen que la embajada de Siria no les dio la documentación. Estos refugiados llegaron a Melilla tras pasar por Marruecos.
Unas pruebas de ADN de las que ya informó El Faro
A pesar de que de las pruebas de ADN de los residentes en el CETI corren a cuenta del Ejecutivo central, hay otras comprobaciones de las que se encarga la Consejería de Bienestar Social. Se trata de las de los menores que llegaron a Melilla antes o después de los que dicen que son sus padres. Esta situación supuso que, tal y como ya publicó El Faro de Melilla, estos menores residan en el centro de menores de la Purísima mientras sus progenitores lo hacen en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). De estas pruebas en concreto debe encargarse Bienestar Social. Los sirios que ayer se concentraron en la Plaza de España también lamentan retrasos en estas comprobaciones, que está causando que algunos menores vivan en condiciones que no desean y lejos de sus padres y madres. A diferencia de las familias que viven al completo en el CETI, estos jóvenes sirios, que como ya publicó este periódico son alrededor de 18, tienen dos objetivos, ya que primero quieren volver a vivir con sus progenitores o allegados, y posteriormente quieren salir de Melilla para viajar, en primer lugar, a la península y posteriormente a otros países europeos. La vida de estos menores de la Purísima dentro del centro, según contaron a El Faro de Melilla, no es para nada buena, puesto que son minoría frente a un gran grupo de menores marroquíes. Así pues, aseguraron que se sienten amenazados, ya que estos otros residentes les roban y les quitan los teléfonos móviles y el poco dinero con el que cuentan. Además, denuncian la presencia de cuchillos y otras armas blancas en la Purísima. La solución transitoria que parece que estos menores han encontrado fue pasar el menor número de horas posible dentro de este centro de menores. Así pues, estos jóvenes sirios pasan los días frente a la puerta del CETI, esperando para ver a sus madres, padres o familiares en pequeñas visitas que duran entre 15 y 30 minutos, a la espera de sus resultados de ADN.