El consejero de Educación, Antonio Miranda, anunció ayer que las bases para las becas de 400 euros dirigidas a estudiantes de ESO para comprar sus libros se publicarán en septiembre.
A pesar de que la convocatoria llegará ‘pegada’ a la vuelta al cole, el consejero quiere trabajar ya en las bases de la convocatoria del curso 2016-17 para que las familias de estos alumnos dispongan de la ayuda en efectivo antes de septiembre. Así no tendrán que desembolsar primero el dinero de los libros y el material escolar y contar con la beca a tiempo para no herir la economía familiar. Estas ayudas son fundamentales, por no decir, esenciales para muchas familias melillenses que tienen escasos recursos y que la vuelta al cole de sus hijos se hace más dura incluso que la cuesta de enero. Mientras la crisis económica azote nuestra ciudad, este tipo de iniciativas de la Ciudad Autónoma cumplen, como lo han estado haciendo estos últimos años, un papel esencial para hacer más llevadera la situación. Pero el apoyo de la Administración local no solamente se dirige a este colectivo de alumnos, sino también a los de Primaria, y se complementan estas ayudas con las que concede el Ministerio. Una labor complementaria con la Administración central que permite a muchos escolares y estudiantes melillenses proseguir sus estudios y disponer desde principio de curso con los libros y con el material necesario para seguir las clases. Este tipo de iniciativas, la apuesta decidida por la Educación en Melilla evitará en años sucesivos que la ciudad autónoma registre datos preocupantes como los que ayer publicó el Gobierno central en el Boletín Oficial de las Cortes. De los más de 4.000 parados melillenses con más de dos años en esta situación, 1.722 no terminó los estudios primarios. La falta de formación es una de las características de la bolsa de desempleados de la ciudad, por ello, es necesario, como ya dijo el presidente Imbroda en su discurso de investidura, incidir en la formación de estos desempleados para facilitar su reinserción en el mercado laboral. Pero, ciertamente, para evitar que este perfil del desempleado melillense se prolongue en el tiempo hay que seguir trabajando desde la Administración estatal y local por seguir reduciendo el fracaso escolar y el abandono escolar temprano. Por ello, son necesarias las becas y ayudas para el estudio. Para evitar que los hijos de esas familias que lo están pasando mal por la crisis sean las víctimas de una situación de la que no tienen culpa, que no tengan que sacrificar su futuro escolar y profesional. En definitiva, para no convertirse en los parados de Melilla del futuro.