Esta unidad pertenece a la Dirección General de Tráfico y ofrece información y asesoramiento a las víctimas después de sufrir un siniestro. En Melilla, este departamento está dirigido por Mª Lourdes Judel y se creó hace dos años.
Las estadísticas sobre la siniestralidad en las carreteras pueden ayudar a determinar las causas de los accidentes de tráfico y en consecuencia a adoptar medidas para intentar minimizar los riesgos. Pero las cifras esconden, como en la mayoría de los casos, las historias personales de las víctimas. Tras un accidente de tráfico, comienza un camino lleno de eventualidades y obstáculos, en algunos casos, pero sobre todo de incertidumbre. Para intentar allanar ese camino, hace dos años la Dirección General de Tráfico (DGT) creó una unidad de coordinación que pronto se implantó en todas las jefaturas regionales, incluida Melilla. Se trata de la Unidad de Víctimas de Accidentes de Tráfico (UVAT) que en la ciudad autónoma está dirigida por Mª Lourdes Judel. Desde este departamento se contacta con las víctimas para ofrecerles información y asesoramiento sobre los pasos a dar tras un siniestro.
La mayoría de las consultas que atiende la UVAT de Melilla está relacionada con la cobertura de los seguros y los pasos a dar para reclamar por la vía judicial, si es el caso, las indemnizaciones pertinentes, pero la UVAT se preocupa de ofrecer una atención integral y realizar un seguimiento de las víctimas para minimizar las consecuencias que lleva consigo un accidente de tráfico.
¿Quién acude a la UVAT?
Esta unidad interviene en el momento en el que se produce un siniestro con víctimas. Hasta junio del año pasado, éstas podían acudir a la Unidad para consultar las dudas y recibir asesoramiento, pero a partir de este mes la UVAT se hizo más proactiva. Judel se encarga de identificar a las víctimas de un accidente en Melilla, a través de un programa informático compartido con la Policía Local. Se pone en contacto con ellas vía telefónica para ofrecerles los servicios de la UVAT, aún desconocida para algunos.
“Al principio se sorprenden de que la Administración les llame. Yo me identifico, les pregunto qué tal están, qué necesitan y les invito a venir a la Jefatura. En el momento en el que les digo la dirección, se sorprenden más porque piensan que les llamamos desde la Comisaría la Policía Local. A pesar de la confusión, la gente agradece mucho que les llamemos”, explica Judel.
La responsable de este departamento explica que las víctimas suelen tener dudas sobre la cobertura de los seguros y los derechos que les asisten, especialmente, cuando se trata de peatones o ciclistas que han sido atropellados, y usuarios que viajaban en un autobús o un taxi cuando tuvieron el percance.
Doble victimización
Por su parte, el responsable de la Jefatura de la DGT en Melilla, José Carlos Romero, explica que la UVAT nace con el objetivo de evitar que las víctimas de accidentes de tráfico se sientan “abandonadas por la Administración”. Es lo que se denomina victimización secundaria. “Se pretende que la persona que sufre un accidente no sienta que la Administración no se preocupa por ellos. Después de un siniestro comienza un camino complicado. Nuestro objetivo es allanar ese camino en la medida de nuestras posibilidades y les ofrecemos orientación porque no somos un gabinete jurídico, sanitario o psicológico. Le ofrecemos información sobre a dónde se tienen que dirigir”.
Sin embargo, cuando estas personas acuden a las oficinas de la DGT es inevitable que compartan sus sentimientos y preocupaciones experimentados en el accidente. Judel y Romero recuerdan el caso reciente de una mujer que acudió a ellos preocupada por su hija, quien había tenido un accidente de tráfico y desde entonces no había vuelto a coger el coche.
La amaxofobia o el miedo a conducir es una enfermedad más frecuente de lo que se piensa, apunta Romero. “Aquí lo único que le pudimos ofrecer fueron algunas pautas para tratar la fobia y aconsejar un tratamiento psicológico especializado para estos casos, que los hay”, apunta Judel. Afortunadamente la joven superó la amaxofobira y ha vuelto a conducir.
La UVAT está a disposición de las víctimas hasta que éstas resuelvan sus casos. No obstante, este departamento realiza un seguimiento más prolongado en aquellas víctimas que así lo requieren a los seis meses del siniestro y a los doce meses. Además se pone en contacto con las UVAT de las ciudades de la península donde la víctima se traslade o desplace para que la atención continúe allí.
De la utopía a la realidad
La pasada semana la máxima responsable de la DGT, María Seguí, visitó Melilla y destacó que el objetivo de no tener ninguna víctima mortal en accidente de tráfico no es una utopía. Es la estadística de nuestra ciudad, donde anualmente se producen entre 500 y 600 siniestros en nuestras calles, señala Romero. En la UVAT se atiende a las víctimas de estos accidentes, que oscilan entre 20 y 30 los heridos graves y algo más en heridos leves al año. Además de la ausencia de víctimas mortales, Melilla también ha cumplido otros retos de la DGT, señala Romero, en cuanto a contaminación y congestión. Estos objetivos son difíciles, pero hay que tomarlos como referencia. Si la gente respeta, si nos concienciamos en compartir el espacio público, podemos alcanzar este objetivo que no es un mérito de la DGT sino de la Administración en su conjunto y de los ciudadanos que más o menos cumplen las normas”, afirma Romero.