Su esposa afirma que le amenazó cuando accedió a Melilla para hacer unas compras “sin su permiso”.
Un hombre de nacionalidad marroquí y confesión musulmana se ofreció ayer a jurar ante la Biblia para defender su inocencia ante la juez de lo Penal 1. Lógicamente, la magistrada respondió que no hacía falta tal juramento y dejó el caso visto para sentencia. El acusado fue denunciado el pasado 25 de mayo por su esposa, de quien se está divorciando, por haberla amenazado. Los hechos ocurrieron el pasado 24 de mayo por la tarde. La mujer accedió a Melilla con una amiga por la frontera de Beni Enzar, según explicó, para hacer unas compras. Inmediatamente recibió una llamada de su marido quien, según denunció, le dijo: “Te voy a matar. Vuelve a Marruecos que ya sabes que no puedes salir si no tienes permiso”. Sin embargo, en la vista de ayer, afirmó que lo que le dijo su marido fue “te vas a enterar”.
La amiga que la acompañaba en esos momentos no pudo oír las palabras exactas que la otra persona al teléfono decía. Por ello, declaró que ella únicamente escuchó una voz masculina gritando.
No obstante, esa llamada de teléfono le causó a la víctima gran nerviosismo, por lo que se trasladaron desde la frontera hasta el Hospital Comarcal. De allí volvió a Marruecos y al día siguiente, aconsejada por otra vecina, acudió a la Guardia Civil para interponer la denuncia.
El acusado negó haber llamado nunca a su esposa, máxime teniendo en cuenta, según su declaración, que hace unos cinco años que hacen “vidas separadas”.
El procesado destacó la tensión que existe entre ambos a causa de la demanda de divorcio que interpuso en Nador. Aseguró que la mujer pretende quedarse con una casa de su propiedad en Marruecos y otra en Melilla, si bien esta última indicó que no es suya si no que la vivienda en la que reside actualmente en el Monte María Cristina es de alquiler.
La juez deberá dirimir ahora si el procesado es inocente o culpable. La Fiscalía pide para él 9 meses de prisión por un delito de amenazas en el ámbito familiar, una orden de alejamiento de su esposa de 3 años y otros 3 años de prohibición de tenencia de armas.
Más de una hora de juicio
El juicio se prolongó ayer durante más de una hora, si bien en principio la causa no revestía ninguna complejidad inicial. Las dificultades se dieron principalmente a causa de que ninguno de los implicados en la misma hablaba castellano, por lo que fue necesaria la ayuda de un intérprete.
Su labor fue especialmente dificultosa durante la declaración de la esposa del acusado a la hora de explicar con el detalle que le estaba exigiendo el Ministerio Fiscal los hechos ocurridos el pasado 24 de mayo. Sin embargo, a la hora de expresar las palabras exactas con las que el marido supuestamente amenazó a la víctima, el intérprete fue tajante: “Te vas a enterar” y no “te voy a matar”, como rezaba en la denuncia.
La declaración de la amiga que acompañaba ese día a la mujer fue más complicada aún para el intérprete. La fiscalía hizo varias preguntas cuya respuesta únicamente era sí o no, para no enrevesar más el interrogatorio, pero la testigo insistía en alargar su respuesta. “Señoría, es que yo le pregunto, pero ella se enrolla”, terminó por decir el traductor exasperado. Tal fue la situación que una vez finalizado el juicio, el intérprete puso pies en polvorosa y en el siguiente juicio, que también se necesitó a un traductor, acudió a la sala de vistas otro compañero.