Un numeroso grupo de afiliados y simpatizantes del PSOE y de UGT visitan, como es tradición, las sepulturas de víctimas de la Guerra Civil
Era maestro y director de la escuela que los españoles tenían en Beni Enzar. Un día escuchó voces tras una ventana y no dudó en saltar para ver que pasaba tras los muros de su colegio. Allí, al otro lado de la pared, un grupo de niños bereberes recitaba las lecciones que él impartía. Querían aprender y sabían más incluso que algunos alumnos que estaban dentro de la escuela. No pudo dejarlos allí y entró a este grupo de niños al colegio. Ése fue su mayor delito y el que nunca le perdonaron. Así lo aseguró ayer Santiago Domínguez que con estas emotivas palabras explicó por qué su abuelo Pascual fue ejecutado por un grupo de falangistas.
A Pascual le aplicaron lo que en aquellos años llamaron la ‘ley de fugas’. Cuando su mujer fue a verlo a la cárcel de Nador, ya le habían matado y dejado en lo que se conoce en Melilla como ‘la curva de la muerte’. Ella le encontró en la morgue del Cementerio de La Purísima. Domínguez es uno de los primeros familiares de los homenajeados por el PSOE y UGT que se anima a narrar la historia de aquellos que dieron su vida por la democracia.
PSOE y UGT, como hace décadas, rindió ayer un reconocimiento a aquellas personas que defendieron la libertad hasta el punto de perder la vida. Socialistas y ugetistas recorrieron el cementerio de La Purísima depositando claveles rojos en las tumbas de ilustres melillenses, como el que fuera el primer alcalde democrático de la ciudad, Antonio Díez, o al general Manuel Romerales, asesinados ambos por su fidelidad a la democracia y al orden constitucional, explica el PSOE.
Siempre en el recuerdo
Al emotivo acto asistieron la candidata a la Presidencia de Melilla por el PSOE, Gloria Rojas, así como buena parte de las personas que componen la lista de los socialistas, como Lamia Kaddur, Miguel Aparicio, Pedro Bueno, Mariola Villuendas, María Mercedes Hernando y Jesús López.
También participaron los secretarios generales de PSOE y UGT, Gregorio Escobar y Alonso Díaz, respectivamente, el ex delegado del Gobierno, Manuel Céspedes, y el diputado socialista Dionisio Muñoz.
La familia socialista y ugetista recordó a los médicos Aurelio Solís y Eduardo Martín Peña, asesinados por los falangistas tras ser torturados, así como al líder anarquista Manuel Tarrago Ramírez, cuyo cadáver fue arrastrado por un caballo por la avenida central, a Bienvenido Rutllant Carol, sacado en pijama de Seluán y fusilado y a la joven Carmen Gómez Galindo, que fue violada por los falangistas y, después, al igual que sus hermanos José y Manuel, fue fusilada.
Otra de las paradas de esta comitiva fue junto a la tumba del periodista recientemente fallecido Juan José Medina. Muñoz fue el encargado de dedicarle unas palabras de cariño y recuerdo.
Los responsables del homenaje también recordaron al aviador y militar Virgilio Leret, primera víctima de la Guerra Civil, de cuyos restos mortales no se conoce el paradero, así como de otros represaliados por la Dictadura, de los que aún hoy no se conoce dónde descansan sus restos.