La plantilla se manifestó ayer por la mañana por la firma del convenio colectivo y contra los recortes laborales l El sindicato, molesto por la falta de información sobre la visita del presidente.
A Comisiones Obreras (CCOO) de Melilla no le ha sentado nada bien que el presidente de Correos, Javier Cuesta Nuin, viajara ayer a la ciudad para reunirse con el máximo dirigente del Gobierno local, Juan José Imbroda, y no mantuviera un encuentro con los trabajadores de la empresa postal, que ayer por la mañana protagonizaron una nueva protesta contra los recortes y medidas de ajuste que se están llevando a cabo.
Juan Diego Román Luque, secretario provincial de CCOO-Correos, manifestó a los medios de comunicación que en la concentración de ayer también se reclamaba el desbloqueo del convenio colectivo, que lleva paralizado alrededor de 16 meses, así como soluciones a la mala situación que atraviesa la empresa en nuestra ciudad.
En cuanto a la visita de Javier Cuesta, lamentó que Correos ni siquiera informara a los empleados de la llegada del presidente de la empresa. “Solamente le han dicho a la plantilla que viniera hoy (ayer) de uniforme, sin más explicaciones”, subrayó. “Lamentablemente, interesa más la imagen que el trabajo que se realiza”, apuntilló.
El máximo dirigente de Correos se reunió ayer con Imbroda para conversar sobre la venta a la Ciudad Autónoma de la antigua sede de la calle Pablo Vallescá, una operación cifrada en unos 3,1 millones de euros. Para el responsable de CCOO, la compra es beneficiosa para la empresa de reparto postal, aunque supondrá “la defunción del servicio” en Melilla.
“Para nosotros, supone hipotecar nuestro futuro”, detalló. “Estaremos obligados a trabajar en dos locales cuyo mantenimiento supone unos 200.000 euros anuales a la empresa. El gasto recaerá sobre la espalda de los trabajadores, como ya estamos viendo. Se producen bajas por motivos de salud de manera continua. Casi una cuarta parte de la plantilla tiene dolencias de algún tipo”, aseguró Román Luque.
Así, la oficina principal de Correos estaría en la calle Marqués de Montemar, mientras que la Unidad de Reparto estaría localizada en un edificio diferente, aunque en el mismo barrio, El Industrial. En la antigua sede, la de Pablo Vallescá, la empresa de reparto postal cesó su actividad en septiembre del año pasado “por un problema de cortes de luz y suministro”, así como por una serie de denuncias del sindicato ante la Inspección de Trabajo.
Este último es el inmueble que la Ciudad Autónoma quiere adquirir por 3,1 millones de euros para crear instalaciones universitarias enfocadas en la rama de Ciencias de la Salud, como Fisioterapia y Enfermería.
Sobre el estado en el que se encuentra el edificio, Román Luque apuntó que no es arquitecto y que, por ende, no podía ofrecer una opinión técnica sobre el mismo. No obstante, señaló que, por su experiencia laboral en dicho inmueble, había comprado que no existía mantenimiento. “Como en todos lados, sino un local no se pinta ni se limpia ni se sanea, se va deteriorando. De ahí a que el edificio esté para caerse, no puedo dar mi valoración”.
Saturación de paquetería
Sobre la situación que atraviesa actualmente la empresa de reparto postal, Román Luque auguró que en el futuro la sección de paquetería volverá a saturarse a causa de la falta de personal, tal y como ocurrió en Navidad. “Ahora mismo está bien, pero se volverá a atascar”, afirmó.
En la misma línea, criticó que la empresa esté cubriendo las bajas de los jefes que se marchan de vacaciones, pero no la de los trabajadores. “Se trata de situaciones inexplicables. Correos debe de poner punto y final a estas historias y sentarse a negociar el convenio colectivo”, aseveró el dirigente de CCOO. “Con el supuesto repunte de la economía, no existen razones para seguir efectuando recortes”, añadió.