El acusado por un delito de usurpación de identidad asegura que los agentes le conocían previamente y en tono de “broma” les dio otro nombre cuando le identificaron en el Rastro.
Un joven melillense negó ayer haberse hecho pasar por otra persona ante la Policía, cuando los agentes procedieron a identificarle en el Rastro en abril de 2013. La persona por la que se hizo pasar explicó en el juicio celebrado ayer que conoce al acusado “del colegio”. El imputado sostiene que los agentes que le identificaron le conocían previamente y, por ello, en tono de “broma” les dio otro nombre. Sin embargo, uno de los agentes que intervino en el arresto aseguró que el acusado les dio los mismos datos falsos de filiación hasta en dos ocasiones. El juicio por un delito de usurpación de identidad quedó visto para sentencia.
Durante la vista, el acusado explicó que estaba en la calle fumando, cuando cuatro agentes de la Policía Nacional le pidieron los datos para imponerle una sanción administrativa por consumir estupefacientes en la vía pública. Declaró que uno de los policías le conocía por intervenciones anteriores y que además es un agente que suele patrullar por su barrio con asiduidad. Por ello, en tono de “broma” dio otro nombre, pensando que el referido agente corregiría su error al reconocerle.
Esta situación nunca se produjo a tenor de la declaración del responsable policial de la patrulla que intervino en la detención. Éste explicó que en Comisaría comprobaron que los datos de afiliación que el acusado les había facilitado mostraban la fotografía de una persona completamente diferente a la que estaba en la calle. En el mismo lugar, en la calle Toledo, en el barrio del Rastro, los agentes encontraron nuevamente al acusado. El policía explicó que en esta segunda ocasión, el imputado volvió a insistir en la misma identidad hasta que confesó de ‘motu propio’ la falsedad de la misma, por lo que procedieron a su detención por un delito de usurpación de identidad.
El procesado negó en todo momento que dijera a los agentes ser otra persona e insistió en que uno de los policías le conocía por otra intervención previa y en una más ocurrida en el año 2006 en circunstancias semejantes.
El juicio finalizó con los alegatos finales del fiscal y el abogado defensor. La fiscal solicitó una sentencia condenatoria, pues consideró que se había probado la culpabilidad del acusado. El testimonio del policía es la principal prueba de cargo, dijo la fiscal, quien apuntó a que el agente que supuestamente conocía al acusado no tenía que acordarse necesariamente de él, teniendo en cuenta que los hechos previos se produjeron en 2006. El abogado defensor solicitó, por su parte, la absolución de su cliente.