Rosa María Calaf, ex corresponsal de TVE, afirma que queda mucho por hacer en temas de igualdad
La imagen puede jugar a favor o en contra de una periodista a la hora de ser seleccionada para un informativo o un programa de televisión. “Eso es tremendo”, asegura una de las ex corresponsales con mayor trayectoria de Televisión Española, Rosa María Calaf, que ayer estuvo en Melilla participando en la presentación del calendario ‘Tiempo de mujeres’ de SATE-STES. Calaf asegura que “de nuevo” se está priorizando el aspecto de una mujer a sus conocimientos y capacidad de trabajo. “No se puede permitir que se escoja a una mujer por su apariencia y no por su talento”, afirma. A Calaf le preocupa que en los últimos años se haya potenciado “la importancia del cuerpo y la cosmética” a la hora de contratar a las profesionales del periodismo. Eso sí, matiza que el hecho de que una periodista tenga buena apariencia no signfica que no tenga talento.
Esta corresponsal, que ha formado parte de la vida de los ciudadanos a través de sus narraciones desde Rusia o Asica, asevera que no sólo la información que llega a los hogares es “sexista”, sino también la publicidad e incluso las series de televisión, en las que las mujeres aparecen en muchas ocasiones como meros objetos.
Calaf es crítica con la actitud de la sociedad actual. Afirma que a las mujeres del ‘sur’ les dicen que se tienen que conformar con la situación de discriminación y violencia que sufren a diario y a las del ‘norte’, les insisten en que “todo está hecho” y que no queda nada por mejorar. Ninguna de las dos afirmaciones son verdaderas, añade la corresponsal.
Mujer en el periodismo
Ella es una de esas intrépidas que hace años decidió dedicarse al periodismo y en concreto, a ser corresponsal. Explica que no había muchas mujeres en esta profesión y menos de reporteras por el mundo. Pero se queda con la idea de que afortunadamente hoy hay muchas mujeres con talento en los medios de comunicación, ‘creando opinión’, que es el lema del calendario del sindicato SATE-STEs.
Aunque Calaf asevera que no hay que conformarse. “Queda mucho por hacer porque estamos en la tropa, pero no en el mando”, explica en referencia a la presencia de las mujeres en el mundo del periodismo.
En alguna ocasión, le han impedido hacer una entrevista, ha tenido que ir vestida de una determinada forma para hacer su trabajo e incluso la han tratado como un mueble. Confiesa que cuando eres corresponsal en países donde la mujer no tiene derechos es más fácil que te atiendan si eres extranjera. Pero esa condición, la de ser de otro país, no siempre le ayudó. Le pusieron trabas por ser mujer. Sin embargo, Calaf destaca que mientras le cerraban algunas puertas, se abrían otras.
Explica que en los lugares donde las mujeres llegan a vivir la violencia de forma física, como el Congo, es mucho más fácil que le confiesen a otra mujer lo que les ha sucedido. Además, asegura que son las mujeres las que sostienen las comunidades y ha podido descubrir muchas cosas sobre las sociedades en las que ha vidido precisamente por ser también una mujer.
El periodismo internacional
Calaf asegura que el periodismo internacional es ahora menos analítico y riguroso que antes porque importa “la inmediatez y se olvida el contenido”. Resalta que los periodistas no tienen la culpa de esto porque “prima lo que impacta a lo que importa” en una información. De hecho, explica que el riesgo de ser un freelance es que “cuentes aquello que te compran y no lo que tienes que contar” sobre un suceso o un acontecimiento.
También señala Calaf que está en contra de que los periodistas sean los protagonistas de la noticia. Afirma que son “vehículos de comunicación entre realidad y personas” y nada más. “El protagonismo le está dando una estética cinematográfica a la información y la vida de las personas no es una película”, asevera.
Rosa María Calaf, ex corresponsal de TVE, asegura que contaría todo lo que está sucediendo en la valla fronteriza de Melilla sin utilizar “connotaciones tremendistas” y sin “estimatizar” a los inmigrantes. Afirma que hay que explicar estos sucesos “en su justa medida” y no usar términos como “ola” de inmigrantes. La periodista resalta que no se pueden utilizar palabras con connotaciones negativas a la hora de abordar estas noticias y mucho menos crear la sensación de que son “una amenaza” para la ciudadanía. Apunta que “nosostros somos más amenaza para ellos que los inmigrantes para nosotros”. Para Calaf, hay que dar información a la sociedad para que “se haga la pregunta clave que es por qué vienen los inmigrantes a la ciudad”. Destaca que estas personas pasan hambre en sus países y hay que “analizar la responssabilidad que tenemos “de esa situación.