Musulmanes sirios del CETI echan una mano a los melillenses en el sacrificio del borrego.
Hace unos días buscaron ayuda en el CETI. Su objetivo era que algún musulmán del centro con experiencia en el sacrificio de borregos les echara una mano para matar a su animal. En la familia hay tradición, pero no sabían muy bien cómo matar al cordero para la Pascua Grande, así que les pareció buena idea ir en busca de un ‘matarife’ al CETI. Allí encontraron a varios, sobre todo, hombres sirios que emigraron de su tierra para conseguir un futuro mejor para sus familias en Europa. Ayer dos de estos sirios acompañaron a la familia de Sara Ouchen hasta su casa y practicaron el rito del sacrificio. Ouchen pensó hace unos días que al darles un donativo, les estaba ayudando. Pero ayer, tras horas de conversación con estos inmigrantes sirios se preguntó realmente quién ayudó a quién.
Los dos hombres que acompañaron a la familia Ouchen tenían estudios. De hecho uno de ellos es arqueólogo y el otro es carnicero. Fue casualidad que este último se cruzara en su camino y llevara la voz cantante en el sacrificio. El arqueólogo estuvo todo el tiempo hablando con la familias sobre historia, de ahí que Ouchen ahora no tiene forma de describir si fue su familia la que le hizo un favor a los sirios o al contrario.
¿Por qué están en Melilla? Estos dos hombres explicaron que tienen a sus mujeres e hijos en Siria, pero que escaparon para buscar una vida mejor. Son musulmanes, pero de una rama más liberal y eso no está bien visto en sus lugares de origen. Esto fue lo que les llevó a cruzar varios países hasta llegar a la ciudad.
Los dos sirios pensaron que no iban a poder celebrar el Aid El Kebir este año. Pero la familia de Ouchen les echó una mano. Pudieron cumplir con la tradición y sacrificar un cordero para compartirlo con otros musulmanes. Ayer les faltaron sus hijos y mujeres, pero gracias a Ouchen encontraron una familia por unas horas con la que tomarse un té y unas pastas mientras que el borrego se dejaba desangrar.
Ventajas de esta colaboración
Ouchen aseguró que contar con estos musulmanes sirios tiene sus ventajas. En primer lugar, se han ahorrado las colas del matadero de la ciudad. Además, se han seguido todos los ritos del sacrificio. Explicó que el que ejercía en Siria de carnicero conocía los versos del Corán que se entonan antes de matar al animal y que siguió paso a paso lo que marca la tradición.
Por otro lado, trocearon carne y la asaron para llevarla al CETI. Ouchen afirmó que no tenían suficiente para invitar a todos los sirios musulmanes, así que le entregaron estos pinchitos a un grupo de niños, para que puedan vivir la tradición, a pesar de las dificultades que ahora atraviesan sus familias. Ouchen destacó que el Aid El Kebir es una fiesta para disfrutar en familia y para ser solidario con los que no pueden sacrificar un borrego porque no tienen recursos ni medios.