Estaba fuera de servicio cuando vio a la pareja discutir y la siguió hasta que llegaron los refuerzos.
El juicio se celebró en ausencia del acusado, un hombre de iniciales C.M., y de la propia víctima, una mujer de iniciales H.L., ambos de nacionalidad marroquí. El testimonio de uno de los testigos fue crucial para determinar que el acusado había agredido a su pareja en la vía pública y a plena luz del día sin ningún pudor. Una policía nacional fuera de servicio fue la testigo principal de la agresión y, tras comunicar a sus compañeros de la Jefatura lo que había ocurrido, consiguió que el agresor fuera detenido.
En el juicio explicó que iba acompañada de su hija pequeña y al salir del supermercado vio cómo una pareja que caminaba por la calle comenzó a discutir. “La mujer se dio la vuelta, pero el hombre la siguió. La cogió de los brazos y la lanzó contra la pared. Literalmente, la mujer rebotó”, declaró ante la juez de lo Penal 2.
A pesar de que la agente policial, recriminó este acto al acusado, la pareja continuó andando, mientras ella llamaba a sus compañeros de la Jefatura. En una calle cercana y una vez llegó la patrulla policial, identificó al agresor, que fue detenido inmediatamente. “La mujer me dio las gracias y me dijo que no salió corriendo porque tenía miedo”, apostilló la funcionaria de Policía.
El segundo testigo era uno de los policías que detuvo al agresor. Explicó a la juez que su intervención simplemente fue el arresto del sospechoso, después de que su compañera le identificara y explicara lo ocurrido. El caso quedó visto para sentencia.