Las mafias buscan nuevas vías para los inmigrantes tras los últimos intentos frustrados de saltar el perímetro.
Las redes criminales que trafican con seres humanos están tirando de ingenio y nuevas tácticas para que los inmigrantes puedan entrar en Melilla por cauces ilegales. El ejemplo más claro está en lo ocurrido el pasado sábado, cuando la Guardia Civil interceptó a dos subsaharianos ocultos en el doble fondo de una moto de agua que se dirigía a toda velocidad a la costa local. “Se trata de una alternativa más. Es muy probable que en los próximos días veamos nuevas estrategias”, señalaron en la jornada de ayer fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Melilla en declaraciones a El Faro.
De hecho, aunque este método era inédito en la ciudad autónoma, las mafias no han inventado nada nuevo. En Ceuta se han dado varios casos de intento de entrada en moto acuática, aunque bien es cierto que lo normal es que los inmigrantes vayan conduciendo el vehículo, no ocultos en un doble fondo, como pasó en Melilla el sábado. En la ciudad caballa, la entrada en territorio español usando este método cuesta unos 1.000 euros por cabeza.
Nuevas vías
No es la primera vez que las mafias buscan nuevas estrategias cuando el salto a la valla se complica, como ocurre en la actualidad por la efectividad de la malla antitrepa y la colaboración de los agentes de Marruecos. Hace un par de años, los inmigrantes llegaron a aproximarse a la costa portando mecheros y botellas con gasolina para intimidar a los guardias civiles, bien fuera con la amenaza de prender fuego a la propia patera o para intimidar a la Benemérita. Incluso se dieron casos en los que los subsaharianos hacían amago de lanzar bebés al agua para que el GEAS no interceptara su embarcación.
De similar modo, el año pasado se utilizaron pateras a modo de señuelo para distraer a los agentes mientras otra conseguía llegar a la costa melillense sin que los guardias civiles pudieran hacer nada por evitarlo.
Otra ‘valla’ en el mar
También hay que recalcar que, pese a los esfuerzos de los inmigrantes por entrar a través de la vía marítima, hace un mes y medio que ninguna embarcación logra colarse en Melilla. La última ocasión fue el pasado 3 de junio, cuando total de 24 subsaharianos llegó en patera a la playa de Horcas Coloradas. Entre los ocupantes de la embarcación había cuatro mujeres, dos de ellas embarazadas, y un menor de edad.