Peatones y ciclistas ganarán espacio, en detrimento de los coches, al igual que en el barrio de El Real.
La calle Carlos de Arellano será la próxima zona de Melilla en experimentar un profundo lavado de cara. El consejero de Fomento, Miguel Marín, anunció en la jornada de ayer que ya ha salido a contratación el proyecto para crear una plataforma única que sitúe al mismo nivel la calzada y la acera, de manera similar a como se hará en la barriada de El Real. De esta forma, el sector que abarca desde la intersección con Reyes Católicos hasta la entrada del Parque Hernández será ‘zona 30’ para los conductores. Los más beneficiados serán los ciclistas y los peatones.
La obra saldrá a contratación con un precio inicial de 769.600 euros, aproximadamente, y un plazo de ejecución de cinco meses. Se espera que los trabajos hayan concluido a comienzos del próximo año, según los cálculos de Marín. Se actuará en una superficie total de 8.275 metros cuadrados, de los cuales unos 5.092 serán para la plataforma única que integrará carretera y acera.
De manera complementaria, se instalarán parterres con vegetación para dar mayor vistosidad al conjunto y se sustituirán las actuales luminarias por otras más bajas, para evitar que los árboles resten luz.
Además, se instalarán dispositivos led, más baratos y eficientes que las bombillas corrientes.
Por otro lado, el mobiliario urbano se renovará por completo. Éste se creará en la propia ciudad autónoma, impulsando así la maquinaria económica local y la contratación de personal, según el consejero de Fomento. Como la bicicleta será el vehículo protagonista de esta calle, se crearán aparcamientos al uso.
Salto de calidad
Marín se mostró convencido de que la obra beneficiará a los comercios que hay en la zona, entre los que se cuentan bares de tapas, una hamburguesería, una tienda de ocio electrónico y otra de muebles, entre otros negocios. “Se va a convertir en uno de los paseos más bonitos y agradables de la ciudad. Creo que gustará a todos los melillenses, no sólo a los habitantes del barrio”, afirmó el consejero. En la misma línea, subrayó que supondrá un “salto de calidad” en el día a día de los vecinos.
En cuanto a los aparcamientos, se eliminarán los ubicados en la zona de obras, pero su pérdida se compensará con la creación de estacionamientos en las calles aledañas y en las intersecciones. Además, Marín recordó que para cuando esté acabado el proyecto, ya estarán disponibles los estacionamientos de Cruz Roja e Isla Talleres, ambos muy próximos a Carlos de Arellano.
Desde la rotonda principal a la calle Ibáñez Marín, Carlos de Arellano también experimentará un remozado, aunque permitiendo una mayor presencia de vehículos que en el sector que contará con una plataforma única. Así, se renovará el pavimento en esta parte y se instalarán más pasos de peatones.
El espejo, en El Real
La obra de Carlos de Arellano se asemeja bastante a la de El Real, que costará unos 2,1 millones de euros. Ya anunció la semana pasada Miguel Marín que dicho proyecto sería el modelo en el que se basarían las futuras remodelaciones. En la jornada de ayer, insistió en esta idea y subrayó que se trata de dar a los barrios de Melilla “un aire fresco y moderno, digno de una ciudad del siglo XXI”.
Así pues, remarcó que el proyecto de Carlos de Arellano supondrá un nuevo “hito” enmarcado en el “cambio de filosofía urbanística” que se encuentra aplicando el Ejecutivo de la ciudad autónoma. “Con este tipo de actuaciones, los melillenses ganan en comodidad. Estoy convencido de que supondrá un salto de calidad, tanto para los vecinos como para los comerciantes de la zona”, aseveró.
Así pues, y si todo marcha según lo previsto, la emblemática calle Carlos de Arellano lucirá un aspecto completamente remozado a comienzos del próximo año. Es de esperar que en las siguientes semanas el Gobierno autonómico continúe anunciado iniciativas similares a ésta para hacer de los barrios de la ciudad autónoma zonas más abiertas y agradables para los peatones, en detrimento del tráfico rodado, en concreto de los vehículos privados.