¿Qué valor tienen los acuerdos entre melillenses? ¿Obligan también a quienes llegan a nuestra ciudad a desempeñar cualquier actividad?
No han necesitado mucho tiempo para dirimir esta cuestión la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME) y los sindicatos locales. Unos y otros coinciden en que están suficientemente legitimados para llegar a pactos en nombre del conjunto de las empresas que hacen negocios en nuestra ciudad y de los trabajadores que se ganan la vida en Melilla. Eulen y FCC opinan lo contrario. Ambas empresas son adjudicatarias de importantes y numerosos contratos que salen a licitación en nuestra ciudad tanto por parte de la Administración local como de la central. Sin embargo, ninguna de las dos se siente aludida por el acuerdo al que llegaron hace dos años UGT, CCOO y la patronal para el reparto de las bonificaciones de la Seguridad Social entre empresas y trabajadores. Sindicatos y CEME acusan a Eulen y FCC de competencia desleal por presentar ofertas a contratos públicos y adjudicarse muchos de ellos dando por hecho que no van a repartir ese dinero con sus empleados. En cambio, otras empresas, para las que ese acuerdo sí tiene valor, se ven obligadas a realizar ofertas menos ventajosas al considerar que el pacto firmado entre patronal y sindicatos merece todo su respeto.
El incremento salarial que supone para los trabajadores el reparto de las bonificaciones es importante si se mira en el conjunto del año, pero lo es aún más hacer respetar los acuerdos que tomamos los melillenses a esas grandes empresas nacionales. Esta tierra, con fama de abierta y acogedora, no puede permitir el desprecio hacia nuestras decisiones, justas y consensuadas, por parte de quienes sólo vienen a en busca del beneficio.
Ésta es la postura que defienden la patronal y los sindicatos, cada uno desde su posición, pero ambos unidos en la defensa del interés general de Melilla. Eulen y FCC han conseguido poner de acuerdo a quienes habitualmente están acostumbrados a sentarse en la mesa de negociaciones con posturas enfrentadas. De hecho, para sellar el pacto sobre el reparto de las bonificaciones tuvieron que sucederse las reuniones, hubo que redactar varias propuestas e incluso fue necesaria la mediación del presidente Imbroda. Hizo falta mucho esfuerzo para llegar a ese acuerdo como para que ahora sólo merezca desprecio por parte de FCC y Eulen. Los sindicatos y la patronal no sólo están obligados a defender este pacto, sino también a hacer respetar su legitimidad para firmarlo.