El actor Jesús Cisneros asegura que el precio del teatro es “simbólico” . Afirma que el público pide comedias para evadirse de la realidad y disfrutar de una horas de risas
Los melillenses que este fin de semana saquen un par de horas para ir al teatro no se van a arrepentir. Hoy se estrena en el Kursaal ‘No te vistas para cenar’, una comedia que hará reír al público desde el principio al final. Así lo asegura uno de sus actores, Jesús Cisneros (muy conocido por su papel en ‘Lleno por favor’), que además interviene en esta obra como productor.
Es la segunda función que llega a Melilla gracias al plan Platea, un programa del Ministerio de Cultura con el que se pretende promocionar la contratación de espectáculos en toda España. Este proyecto marca que las entradas cuesten un mínimo de 12 y 15 euros, por eso, los pases para esta obra son un poco más caros que en otras ocasiones.
Jesús Cisneros explica a El Faro que la comedia es lo que demanda el público y también lo que asegura a una empresa privada, como su productora, cubrir los gastos de las funciones.
–¿Por qué apostar por esta comedia?
–Ya habíamos leído el texto hace bastante tiempo. La adaptamos para que fuera redonda. Pero tardamos más en ponerla en escena porque queríamos contar con una persona especial, Aurora Sánchez. Cuando terminó ‘El apagón’ le presentamos el proyecto y aceptó encantada. Es una actriz que remata muy bien todas las bromas que preparamos el resto de compañeros de reparto. La obra la vimos en Londres y en Barcelona y no nos gustó mucho. Desde nuestra productora pensamos que sería mejor otro reparto, es decir, que encajaría con los personajes, sobre todo, el de Susana, la cocinera, que reencarna Aurora. Ella le aporta una peculiaridad que hace que la comedia sea un bombazo. Desde el inicio de la función la gente no para de reírse y es de las más divertidas que hemos hecho. Mira que Descalzos Producciones ha llevado al teatro comedias como ‘La curva de la felicidad’ o ‘Sé infiel y no mires con quien’, pero ninguna como ésta. El espectador no puede evadirse, pues acaba muy concentrado en lo que pasa en la escena y se lo pasa genial. Le dimos una vuelta de tuerca al montaje. Ahora lo complicado es ver por cuál comedia apostamos en un futuro porque la gente espera aún más risas en las obras que producimos.
–¿Es un buen momento para la comedia porque la gente necesita reírse o elige estas obras porque le aseguran más recaudación en la taquilla?
–Desde la perspectiva de una empresa como la nuestra, que vive de la taquilla, tenemos que buscar comedias muy efectivas, en las que el boca a boca funcione muy rápido y que la gente la recomiende enseguida. Nos encantaría apostar por otras, que también lo hacemos, como ‘Testigo de cargo’, que es una función de misterio. La gente también disfruta de otro tipo de teatro y no sólo de la comedia. Pero Descalzos Producciones se ha dedicado a hacer comedias muy trepidantes y divertidas en las que la puesta en escena está muy cuidada. El decorado es especial, así como la música o la luz. Aunque como dice para la empresa privada lo más sencillo en estos momentos es apostar por la comedia, una obra en la que el público disfrute y desconecte de la realidad.
–¿Se ha reducido el número de personas que van al teatro?
–Creo que estamos más o menos igual desde hace un tiempo. En esta Semana Santa, por ejemplo, hemos programado ‘Testigo de cargo’ en Madrid y la gente ha aprovechado que visitaba la ciudad para acudir a una sala de teatro. Creo que al teatro va la gente que le gusta. Además, es casi tan barato como tomarte una copa. Prefiero 87 minutos de risas que me dejan satisfecho y luego, quizás, me puedo tomar una cerveza. El precio del teatro es simbólico. Es porque hay que pagar algo. Un ejemplo de esto es Melilla. No es tanto dinero para una familia ir al teatro. También hay que pensar que la gente desea dejar de lado los problemas y por eso quiere ver comedia. Esto es lo que le ha pasado a ‘8 apellidos vascos’. Y ya le digo que el público no se ríe ni la mitad en esa película de lo que se va a reír en nuestra obra. Tiene ganas de evadirse.
–Es el protagonista de ‘No te vistas para cenar’. ¿Cómo lo describiría?
–Mi personaje es Fernando, el más caradura. Hace planes para el fin de semana aprovechando que su mujer se va a visitar a su madre a Cuenca. Fernando invita a Susi una chica que le gusta y también a su mejor amigo para que le sirva de coartada. Y a la vez contrata a una cocinera que se llama Susana para que les haga la cena y todo sea perfecto. El problema empieza cuando su mujer no se va a ver a su madre. A partir de ahí empieza a complicarse la trama cada vez más con cada salida de los personajes al escenario. Lo bueno es que el público es cómplice de esta situación hasta tal punto que incluso le da pena que le pillen. Aunque esta simpatía la muestren a un infiel.
–Todo lo que tenga que ver las relaciones de pareja son argumentos que atraen al público.
–Parece que el argumento de esta obra ya la hemos escuchado otras veces. Un hombre se queda solo en casa y aprovecha para disfrutar de la compañía de alguien que no es su pareja. Pero esta obra está montada de tal forma que todas las situaciones divertidas se suceden de forma vertiginosa y ésa es la diferencia que hay con otras comedias. Disfruta más de las situaciones que se generan que de lo que dicen los personajes. Y otro punto a favor es que el público acaba diciendo las frase que durante toda la obra repite la cocinera.
–¿Se ha acercado alguien tras la función comentando “esto mismo le pasó a mi amigo”?
–Los infieles nunca lo confiesan. Pero a todos nos gustan las chiribitas en el estómago y sentirnos deseados. No sé, por ejemplo, llegas a un sitio y alguien empieza a hacerte ojitos, tu sacas tus plumas y luces como un pavo real y de repente, llega tu pareja. Esto nos ha pasado a todos. Esta historia es lo que se recoge en ‘No te vista para cenar’, aunque algo más estirada. Aunque tengamos pareja a todos nos gusta sentirnos deseados y es eso lo que mueve el mundo.
–Y en cuanto al reparto, ¿busca a actores que sean conocidos por el público?
–Siempre buscas a actores que sean conocidos por el público y tengan un curriculum amplio. En el caso de Yolanda Arestegi, pues la gente la conoce de ‘El internado’, a Cuca Escribano de ‘Sin tetas no hay paraíso’ y a Aurora Sánchez por la cocinera de la serie ‘Ana y los siete’. Nos tenemos que arropar porque la gente quiere ver a gente reconocible y que le suene de otras obras. Apostar por los repartos completos para que la gente disfrute.