Más de 30 empleados del Hospital Comarcal deberían estar en cuarentena por haber estado en contacto con compañeros que han dado positivo en Covid-19. Sin embargo, no pueden estar aislados en sus hogares porque no hay suficiente plantilla para cubrir sus puestos de trabajo. Así lo aseguró a El Faro la Federación de Sanidad de CCOO, que indicó que la carencia de personal es tan evidente que se ha agotado el listado de la bolsa de trabajo de Enfermería y, por ejemplo, no hay más profesionales de esta área para trabajar.
Y, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Pues el sindicato indica que el nivel de protección del material que se ponen los miembros del Hospital Comarcal depende del área en el que se encuentren. Es decir, el equipo de protección individual (EPI) es distinto según se trabaje en Urgencia, donde hay área Covid, o estés en una planta. Eso ha provocado que el trato con pacientes, que dieron en una primera PCR negativa, pero luego dieron positivo, les haya contagiado el virus.
Eso ha pasado dos veces. CCOO explicó que en dos ocasiones, un paciente con PCR negativa en una planta donde se dan EPIs de baja protección al personal acabó contagiando a un trabajador del Comarcal. Más adelante, el enfermo dio positivo en Covid y el empleado que lo atendía también por contar con un EPI menos efectivo que los que se usan en las plantas donde hay ingresos con pacientes con coronavirus.
Esta situación es la que ha llevado a guardar cuarentena a los profesionales. Pero no todos están aislados como marca el protocolo, por esa falta de personal que hay en Melilla.
De forma que, por un lado, el sindicato demanda más protección para los sanitarios, porque en Melilla hay un número limitado. Y, por otro, plantea que si no se facilita ese aumento de seguridad, van a caer uno detrás de otro y no habrá quien pueda atender en el Hospital Comarcal a los enfermos.
“Si empezamos a caer el personal de Enfermería, médico, auxiliares, celadores... ¡Qué va a pasar!”, subrayó.
Pero la falta de personal que hay ahora mismo en el Comarcal tiene un culpable para CCOO: Ingesa de Madrid. Ya en junio solicitó por todos los medios que se hicieran contratos más largos al personal. Se pidió a los servicios centrales del Ingesa que alargaran los contratos del personal que había estado al frente de la planta Covid y que se había formado y cogido experiencia para evitar que se fueran a otros servicios sanitarios. Pero no se hizo.
El sindicato en junio decía que Melilla se podía ver sin personal porque no se estaba “fidelizando” a esos profesionales. Y ahora, en septiembre ya esa previsión se ha hecho una realidad.
Los profesionales se han marchado a otros servicios de salud, que cuentan igual para las oposiciones, pero ofrecen contratos hasta final de año o más allá. Se ha perdido la oportunidad de que esos sanitarios que saben cómo actuar ante los casos de Covid se queden en Melilla tras formarse aquí durante las semanas del estado de alarma.
Además, no todos los alumnos de Enfermería han terminado las prácticas ni han cerrado su carrera, ya que pilló el estado de alarma y les mandaron a casa. Por lo que el sindicato cree que no se puede tirar tampoco de esta nueva generación en enfermeros.
Y para “remate”, según CCOO, de esta situación para los profesionales y como un ejemplo más de “la dejadez” del Ingesa con los profesionales de Melilla está que este año no han cobrado un completo concreto. En agosto se solía recibir una parte de ‘la productividad variable’, pero como este año no han aprobado un nuevo contrato de gestión, no se ha recibido ese dinero. Ahora corren para que los profesionales puedan recibir ese dinero a finales de este mes.
Ya no es que los profesionales de Melilla reciban una extra o una gratificación por el trabajo realizado, como sí han recibido otros sanitarios de otros sistemas de salud, sino, al menos, lo que les corresponde por derecho, aseveró el sindicato.
El Faro ha podido conocer de cerca la labor de un sanitario del Comarcal que asegura que ha estado en dos ocasiones asilado en su hogar y que es una situación que no le desea a nadie. Subrayó que en su caso solo vive con su pareja, pero no quiere imaginarse la incertidumbre de otros compañeros que tienen niños pequeños o personas mayores en casa. Aseveró que les mandaron a casa con “enfermedad común” sin más a la espera de los resultados de la PCR que siempre salieron negativos. Pero aseveró que fue una situación muy compleja vivir esto.
Este sanitario afirmó que saben que están expuestos y que es su profesión, pero lamenta que no hayan recibido ni una felicitación, ni una palmada en la espalda o que les hayan dicho al menos que lo han hecho muy bien. No han recibido ni las gracias por parte del Ingesa ni de ninguno de los estamos de este Instituto Sanitario. Se preguntó por qué.
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