Se cumplen 100 años del Desastre de Annual, que acabó con la vida de miles de soldados españoles y a pesar de haber pasado un siglo, aún queda mucho por saber. Isabel Migallón, historiadora melillense, lleva décadas estudiando las campañas militares en Marruecos y señala que en Melilla este suceso lleva años conmemorándose. “Aquí hay grandes y buenos investigadores que se han preocupado de que no se olvide a esas personas”, dijo.
Cree que se debe tener presente lo que ocurrió, pero no para “estar escarvando en el morbo, en la tristeza, en la tragedia; sino, tal y como lo veo yo, en aprender de dichos errores para no volver a repetirlos”, subrayó.
Hay restos de los soldados repartidos por todo el cementerio municipal de La Purísima en Melilla, no solo en el mausoleo principal, custodiado por la diosa Niké.
Cuando en 1.949 trajeron cuerpos a la ciudad, se contabilizaron 2.996 calaveras, pero Migallón señala no se sabe cuántos pueden haber en total en todo el camposanto y los que quedan en Marruecos. Todavía no hay consenso en cuántas personas murieron en dicha campaña. Explicó que dependiendo de los autores, se habla de entre 10.000 y 13.000 fallecidos sin contar los desaparecidos, que suponen más de 8.000 personas. “Son cantidades que nunca podremos dar con certeza, dar una cifra exacta es imposible”, aseguró.
¿Y cómo se ve esta campaña 100 años después? “Esto era de esas aventuras militares, tal lo veo yo bajo mi opinión muy personal, de expansión en el norte de África; eran personas que no oyeron a quienes tenían que oír”, señalando que el coronel Gabriel de Morales, jefe de la Policía Indígena, que llevaba mucho tiempo en Melilla y conocía bastante bien el terreno y a los rifeños. “Emprender esta aventura le parecía ilógico”, aseguró.
Tras el desastre, muchas familias intentaron encontrar a sus fallecidos. Migallón explicó que el Telegrama del Rif recoge esta búsqueda. Y ella, junto con Eduardo Sar Quintas, consiguió contactar con algunos de los familiares de los caídos en Annual. “Cuentan cómo lo vivieron, como esas madres, abuelas, nunca asimilaron esa pérdida, algunas llegaron incluso a perder la cabeza esperando a ese hijo que indudablemente no iba a volver”, relató.
La mayoría de los fallecidos fueron enterrados en el momento en las posiciones donde cayeron y en el 1.929 comenzaron las exhumaciones. Migallón subrayó que están intentando recuperar los nombres de todas las personas fallecidas y aunque se consiguiera recuperar cuerpos, este momento sigue siendo una herida mal cerrada. “Fueron miles de familias rotas, creo que merecen un reconocimiento y un lugar en la historia que a día de hoy tampoco se les ha bridado”, expresó. Tuvieron escasez de agua, de material, era pleno verano y sufrían un hostigamiento continuo.
“Ellos merecen un reconocimiento, que se les recuerde, vamos a dejarnos de responsabilidades, de lo que se pudo hacer y no se hizo; ellos nos entregaron lo más preciado, que era la vida y los melillenses no podemos olvidarlos”, subrayó.
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